El 'robado' en bikini de la Princesa

Tres semanas después de que se tomaran las fotografías, la imagen de la princesa Leonor en bikini ha visto la luz. Las fotografías se tomaron durante la escala del buque-escuela Juan Sebastián Elcano en Montevideo (Uruguay). La heredera al trono disfrutó junto con sus compañeros guardiamarinas de un día libre en la playa. Tras semanas de navegación, los futuros oficiales de la Armada española tuvieron la oportunidad de relajarse fuera del barco, como es habitual en cada puerto que visitan y tras las jornadas de trabajo a bordo.

Las imágenes, captadas el pasado 6 de marzo por un fotógrafo que sigue la ruta del buque, muestran a la princesa de Asturias y a un grupo de unos treinta compañeros en un balneario cercano a Montevideo. Durante la jornada, los jóvenes alternaron momentos de descanso en la piscina de un hotel con baños en la playa. Posteriormente, aquellos que no tenían guardia pernoctaron en el alojamiento antes de reincorporarse a sus funciones a bordo.

El reportaje gráfico, de cuya existencia ya se tenía conocimiento desde su realización, fue publicado este miércoles por Diez Minutos, después de tres semanas de negociación entre el 'paparazi' que tomó las instantáneas y la revista. Las fotografías muestran a la princesa Leonor en el mar y conversando con varios de sus compañeros de travesía.

Según la periodista experta en Casa Real Mariángeles Alcázar, la naturalidad ha sido precisamente la línea que también han seguido los reyes Felipe y Letizia, que, conocedores de que estas fotografías se habían hecho, no quisieron darle más importancia. «Ni la reina Letizia ni el Rey están preocupados porque salgan fotos en bikini de su hija. Ni tan siquiera lo estarían si salieran imágenes dándose un beso. Y es que es una chica de 19 años que ya lo pasa bastante mal como para no poderse entretener», expresó en el programa 'Hoy por Hoy' de la Cadena Ser, donde    afirmó que el autor quería 200.000 euros por el reportaje.

La escala en Montevideo formó parte de la travesía de instrucción que la heredera realiza en el Juan Sebastián Elcano, en el marco de su formación militar. Durante su estancia en la capital uruguaya, la dotación del buque participó en varios actos oficiales, visitando el centro histórico de la localidad y acudiendo a una recepción de la embajada de España. Además, realizaron una ofrenda floral en el monumento de José Gervasio Artigas, prócer de la independencia uruguaya.

Más allá de la agenda institucional, también tuvieron tiempo para descansar y disfrutar del verano del hemisferio sur. De allí partieron rumbo a los puertos chilenos de Punta Arenas y Valparaíso, desde donde seguirán su periplo por otras ciudades costeras hasta desembarcar en Nueva York, donde comenzará el viaje de vuelta a España.

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La princesa Leonor sigue así los pasos de su padre, que en enero de 1987 embarcó en el mismo buque-escuela para realizar su crucero de instrucción como guardiamarina. Con 19 años, el entonces príncipe se integró como un miembro más de la tripulación, compartiendo obligaciones y responsabilidades, sin ningún tipo de privilegio respecto a sus compañeros.

En aquella ocasión también hubo fotografías del viaje. En las oficiales, pudimos ver al príncipe participando en actividades cotidianas a bordo, como maniobras en cubierta y momentos de descanso. En otras, lo mostraban en traje de baño durante jornadas de esparcimiento en cubierta, buscando una cobertura mediática que diera una visión cercana del heredero al trono.

Entre las anécdotas que trascendieron, destaca la visita del príncipe de Asturias junto a sus compañeros a un club de Río de Janeiro. «Al principio estaba atento a los movimientos de las bailarinas semidesnudas» y luego se interesó «más por la conversación», relató José Antonio Alcina, preceptor del hijo del rey Juan Carlos, en su libro 'Felipe VI, la formación de un rey'. De aquella experiencia también hubo fotos polémicas, publicadas por la revista Interviú, en las que se podía ver al joven príncipe con una de las bailarinas del espectáculo. «La novia brasileña del príncipe Felipe, desnuda» era el titular del reportaje.

Alcina también recogió una fiesta de disfraces a la que el heredero acudió disfrazado de bebé: «Salían unos siete u ocho guardiamarinas en fila india, vestidos todos con unos 'dodotis' amañados con una pequeña almohada cubierta con un trozo de sábana blanca, y su correspondiente chupete en la boca. Don Felipe destacaba por su altura entre todos los demás, con dos buenos rosetones sobre sus mejillas y disfrutando como el que más». Pero no quedó constancia gráfica.