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La política, unida a la necesidad, hace peculiares compañeros de viaje. Que se lo digan a una euroescéptica como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ... que consiguió este jueves, durante su reunión con Donald Trump en la Casa Blanca, arrancarle un compromiso para que el presidente estadounidense haga una próxima visita a Roma, en el transcurso de la cual existe «la posibilidad» de que participe en un encuentro con la cúpula de la Unión Europea para tratar la guerra comercial, incluida la máxima dirigente de la Comisión, Úrsula von der Leyen.
Primera mandataria europea en ser recibida por el magnate después de que desatara la tormenta arancelaria, Meloni jugó bien sus cartas en Washington: explotó los puntos políticos comunes como la lucha contra la inmigración ilegal, pasó de puntillas sobre aspectos divergentes como la guerra en Ucrania y estimuló el inmenso ego de Trump al inspirarse en su eslogan más conocido ('Make America Great Again') para conseguir uno nuevo que también permita cobijar a Europa. «Mi objetivo es hacer Occidente grande otra vez», dijo Meloni en su comparecencia ante los medios tras almorzar con el presidente estadounidense, que asentía a su lado. «Y creo que podemos hacerlo juntos», insistió la primera ministra italiana, a lo que Trump respondió: «Sí que podemos».
Antes de la comida, el presidente estadounidense ya había dado señales de que no iba a ser en balde la visita de la jefa del Ejecutivo italiano, que coordinó antes su posición con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. «No creo que tengamos muchos problemas para alcanzar un acuerdo con Europa y con quien sea, porque tenemos algo que todos quieren», afirmó el magnate, mostrándose convencido «claramente» de que podrá llegarse a un entendimiento con los Veintisiete más allá de los 90 días de tregua arancelaria iniciados el pasado 9 de abril.
A su llegada a la Casa Blanca Meloni se mostró igualmente optimista: «Estoy segura de que podemos llegar a un acuerdo y estoy aquí para ayudar en eso. No puedo negociar en nombre de la Unión Europea». En su comparecencia posterior al almuerzo de trabajo, no obstante, la primera ministra italiana sí que defendió sin ambages los intereses europeos.
Lo hizo primero al hablar sobre la guerra comercial, cuando insistió en que era hora de «sentarse y encontrar soluciones», aunque existan «problemas» en las relaciones a ambos lados del Atlántico. Y luego también lo hizo cuando defendió el volantazo dado por Bruselas a la hora de afrontar la inmigración, gracias en buena parte a la contribución de Italia, según Meloni. Después de que Trump asegurase que quería que Europa «fuese grande otra vez» porque ahora mismo «está sufriendo por la inmigración», una cuestión con la que «debe ser más inteligente», la jefa del Ejecutivo de Roma le explicó que «las políticas han cambiado en los últimos dos años y medio» en la Unión Europea a ese respecto. «Antes se hablaba sobre cómo redistribuir a los inmigrantes ilegales que llegaban a Italia y ahora sobre cómo frenar la inmigración ilegal y repatriar a esas personas. Las cosas están cambiando. Estamos trabajando en ello, soy optimista», le dijo Meloni a Trump, que no escatimó elogios a su interlocutora.
Donald Trump
Presidente de Estados Unidos
Giorgia Meloni
Primera ministra de Italia
«Ojalá hubiera más como tú», le comentó el magnate, tras aplaudir su «fantástico trabajo», considerar que es «una persona muy especial» y asegurar que había «tomado Europa por asalto». El de este jueves fue el cuarto encuentro entre ambos de los últimos meses, ya que Meloni fue la única mandataria europea en acudir a la ceremonia de toma de posesión del presidente estadounidense, al que además visitó en su residencia en Florida a principios de año y coincidió con él en París cuando fue reabierta la catedral de Notre-Dame.
En esta ocasión, la primera ministra italiana lució un elegante traje de chaqueta blanco papal y mostró un fluido nivel de inglés, hasta el punto de interrumpir en una ocasión a la intérprete para traducirle ella misma a Trump lo que acababa de decir en italiano sobre el peso en el PIB nacional del gasto militar.
«Italia es una nación seria que mantiene sus compromisos», afirmó al abordar este aspecto en el que Washington pide más inversiones a sus socios de la OTAN. Meloni insistió en que su país se presentará a la próxima cumbre de la Alianza Atlántica, que tendrá lugar a finales de junio, con el objetivo cumplido de llegar a la barrera del 2%. Incluso se mostró dispuesta a subir el porcentaje. «Somos conscientes de que la defensa es importante», subrayó, agradándole igualmente el oído a Trump al mostrarse dispuesta a aumentar las compras de gas natural licuado de Estados Unidos, así como a contar con el apoyo de empresas norteamericanas para el retorno de Italia a la producción de energía nuclear.
Al ser preguntada por si estaba de acuerdo con su interlocutor, que consideró al presidente ucraniano, Volódimir Zelenski, responsable de la guerra con Rusia, Meloni repitió la posición que siempre ha manifestado. «Es una invasión y el invasor es Putin y Rusia», dijo primero, para remarcar después que había que «seguir trabajando» para conseguir «una paz justa y duradera» en territorio ucraniano.
Trump, por su parte, dijo una vez más que si hubiera estado él en el poder, «no se habría producido la guerra» y anunció que en los próximos días puede haber novedades tanto para «acabar con esas muertes» como en las negociaciones para el acceso a las tierras raras ucranianas. También se mostró seguro de que alcanzará un acuerdo con Irán para que abandone su proyecto nuclear ya que la alternativa «no será buena para ellos».
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