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Nerviosismo extremo en las bolsas mundiales. La desconfianza que la pasada semana provocó una destrucción de valor casi sin precedentes en las Bolsas, da ... paso a una volatilidad extrema que este lunes terminó con un nuevo desplome en Asia y Europa y un auténtico caos en Wall Street, donde los inversores han ido moviéndose a golpe de rumores, pasando del rojo al verde en cuestión de segundos para cerrar finalmente con descensos del 0,2% en el S&P 500 y tímidas subidas del 0,1% en el Nasdaq.
El recuento de daños pasa por pérdidas que alcanzaron el 12% en el índice Hang Seng, mientras que el Nikkei japonés se hundió un 7,7%. En Europa, los números rojos llegaron a superar el 7% en los peores momentos de la sesión, aunque la histeria vendedora terminó moderándose al cierre, con caídas del 4,26% en el DAX alemán o del 4,6% en el Eurostoxx.
En España, el golpe fue del 5,12% para el Ibex-35, que en solo tres sesiones ha borrado de un plumazo prácticamente todo lo ganado en el acumulado del año, con una caída acumulada del 11,7%.
Los rumores sobre una posible prórroga para la entrada en vigor de los aranceles -que la Casa Blanca desmentía poco después- han desatado un auténtico caos, aderezado con la reunión a puerta cerrada que este mismo lunes mantiene la Reserva Federal (Fed). Un encuentro que no es de caracter extraordinario, pero que ha desatado las especulaciones en torno a una posible intervención de la institución comandada por Jerome Powell. Sobre todo después de que Donald Trump haya vuelto a presionar para una pronta bajada de los tipos de interés.
Con ese telón de fondo, Wall Street se ha movido entre duros recortes del casi el 4% y subidas de más del 1% que volvían a transformarse en números rojos a cada vistazo a las pantallas de cotización. Incluso el S&P 500 ha entrado en zona de mercado bajista (cuando un índice cae más de un 20% desde su anterior máximo). Una volatilidad extrema que se refleja en la evolución del índice VIX, conocido como el 'índice del miedo', que el lunes se disparó por encima de los 50 puntos, su nivel más alto desde la pandemia. Para hacerse una idea, su media ronda los 20 puntos.
Las órdenes de venta que inundan el sistema han impedido, incluso, que todos los valores del parqué nacional pudiesen marcar su primer precio en la apertura, con los bancos llevándose la peor parte. Ante la virulencia de la situación, fuentes de la CNMV indican que «estamos monitorizando la situación y estamos en contacto con las infraestructuras de negociación y no se están registrando problemas en las liquidaciones».
Al cierre de la sesión, Cellnex lideró las caídas con un desplome del 7%, seguido de Acciona, IAG y Repsol, que se dejan otro 6%, esta última muy afectada por el desplome del precio del petróleo. El el barril de Brent -de referencia en Europa- vuelve a despeñarse otro 5% hasta cotizar en el entorno de los 63 dólares, caída similar a la que registra el West Texas estadounidense.
Aunque es cierto que el oro negro también está reflejando el aumento del bombeo previsto en la OPEP+, este mercado actúa como termómetro de la actividad económica, con cada vez más inversores apostando por un frenazo económico global. Goldman Sachs, por ejemplo, acaba de revisar a la baja las expectativas de crecimiento para EE UU, elevando el riesgo de recesión 10 puntos porcentuales, desde el 35% al 45% actual.
Precisamente, algunos inversores se estarían apoyando en esa posibilidad de recesión para anticipar un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed). Algo que sin duda supondría un balón de oxígeno para el mercado, pero también una dura decisión para el organismo presidido por Jerome Powell, cuyo objetivo es mantener a raya la inflación frente a las políticas de Trump.
En todo caso, nadie escapó de los números rojos, con el sector bancarnio nuevamente golpeado con pérdidas del 5% para Sabadell y BBVA, y de más del 4% para Banco Santander.
Está claro que los inversores no quieren nada que huela a riesgo ante una crisis de confianza total. «Con mercados sin suelo claro y el crédito empezando a tensarse, ahora no se gana por comprar en mínimos, sino por saber esperar», apunta Javier Molina, analista de mercados de eToro.
Desde la firma recuerdan que el denominado grupo de los «Siete Magníficos 7» (Nvidia, Microsoft, Apple, Tesla, Alphabet y Amazon) pierde un 30% desde máximos. Y todavía no hay señales de que la caída haya terminado. En nuestro mercado nacional, son los bancos los que juegan ahora ese papel correctivo que no parece tener fin», apuntan los analistas.
El derrumbe del mercado ha puesto en jaque a la banca de inversión de todo el mundo, que pide a sus inversores mantener la cabeza fría ante lo que se avecina. En una nota a clientes, el equipo de analistas de Morgan Stanley ha avisado esta mañana de que a menos de que la Casa Blanca dé marcha atrás en su estrategia arancelaria -o que la Reserva Federal dé señales de flexibilización- el mercado debería prepararse para una caída adicional del S&P 500 de entre un 7% y un 8%.
Mientras, el dinero que huye de la renta variable se refugia en los mercados de deuda, donde el precio de los bonos sigue subiendo presionando a la baja su rentabilidad, que se mueve de manera inversa. en Europa, la deuda alemana es la que mejor está reflejando este movimiento, con un desplome en el interés del 'bund' (bono a diez años) que supera ya el 4%.
El golpe también ha llegado a otros activos de riesgo como las criptomonedas, con las más populares como el bitcóin o el ethereum despeñándose un 10% y un 20%, respectivamente.
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