![Su parabrisas no miente, nos quedamos sin insectos](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/06/20/181512519--1200x840.jpg)
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Ahora que llega el verano y los insectos proliferan, haga la prueba: observe el frontal de un coche tras un recorrido al atardecer. Haga memoria y compare la cantidad de insectos que aparecen con la que hubiera hallado hace unos años. La impresión de que ahora nos encontramos muchos menos ejemplares la avaló desde la ciencia el especialista de la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Vida Francisco Sánchez Bayo, del Instituto de Agricultura de Sídney, en su trabajo sobre la 'Disminución mundial de la entomofauna', en el que concluye, tras revisar 73 informes sobre disminución de insectos de todo el mundo, que más del 40% de la población mundial de estas especies ha desaparecido en una década. Entre los impulsores detectados de la debacle, el investigador señala, de mayor a menor importancia: la pérdida de hábitat y conversión a agricultura intensiva, junto al proceso de urbanización; la contaminación, principalmente por pesticidas y fertilizantes sintéticos; factores biológicos, incluidos patógenos y especies introducidas, y, finalmente, el cambio climático.
«La pérdida de biodiversidad está perjudicando especialmente a los insectos, que suponen un 75% de las especies conocidas», abunda el conservacionista de Ecologistas en Acción Rubén Vives. «Su declive es un problema real, y muy grave», añade el biólogo Chema Catarineu, cuya tesis doctoral se centró en las poblaciones de hormigas en la cuenca del río Segura. Catarineu cita un estudio de la Sociedad de Aficionados a la Entomología de Krefeld (Alemania) donde se concluye que la biomasa de insectos se ha reducido un 76% en menos de 30 años.
El entomólogo José Galián, catedrático de Zoología de la Universidad de Murcia (UMU), advierte de que la disminución de insectos se produce «a nivel global a un ritmo sin precedentes», y apunta «una tasa de disminución de hasta el 2% por año». Reduciendo el foco, Galián apunta a estimaciones que sitúan la disminución de insectos en algunas zonas agrícolas de la Región de Murcia «hasta un 63% debido al cambio climático principalmente y al resto de factores asociados a este». En todo caso, aún están pendientes estudios más detallados sobre la evolución aquí, como propone Catarineu. A su entender, se trata de «una investigación que debería abordarse de inmediato desde los centros de investigación regionales».
A la espera de que estudios más precisos ofrezcan datos concretos, resulta fácilmente observable que el declive de los insectos también está muy presente en nuestro territorio. No solo se puede comprobar con el experimento del frontal de los vehículos, que acredita la bióloga de la UMU María Dolores García, para quien «resulta evidente que, cuando se viaja en coche, el parabrisas no llega, ni de lejos, tan sucio como antes», sino además con la observación, por ejemplo, de las mariposas. «También está claro para todo el mundo que hay menos ejemplares volando», afirma esta pionera en España de la Entomología Forense (el estudio de la presencia de artrópodos en los cadáveres para ayudar a resolver casos policiales). «Se ven menos cantidad de mariposas que hace unos años», confirma José Luis Fernández Terrer, militar retirado que lleva años fotografiando la naturaleza, particularmente insectos odonatos (libélulas, caballitos del diablo).
También los saltamontes, «en lo que queda de huerta», conforman un baremo claro para García: «Sus poblaciones son ahora muy escasas». Junto a todos estos ejemplares, van cayendo poco a poco las demás especies a las que sirven de alimentos (aves, reptiles, mamíferos...), que tienen cada vez más difícil encontrar su sustento.
El que los polinizadores se encuentren en el grupo de los insectos más afectados es especialmente alarmante teniendo en cuenta que el 35% de los alimentos que comemos depende directamente de ellos, advierte Galián. El catedrático coincide con Berenguer igualmente al destacar que en este proceso proliferan especies que plantean problemas, mientras sucumben otras útiles para el control biológico de plagas, una técnica con la que se familiarizó a principios de los años 1990, cuando realizaba una estancia postdoctoral en la División de Entomología de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO), en Australia. De este país, especialmente sensible con la desaparición de unas especies y la extraproliferación de otras, llega el citado estudio de Sánchez Bayo, de la Universidad de Sídney, en el que, además de recoger el balance de los últimos años, realiza una proyección de futuro augurando que llevamos camino de la extinción completa del 40% de todas las especies de insectos en el mundo durante las próximas décadas.
De momento, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, explica Galián, señala que cada día desaparecen 30 especies de insectos de la faz de la Tierra. Teniendo en cuenta que se contabilizan en torno a un millón de especies descritas, tenemos que, a este ritmo, en apenas 36,5 años nos habremos quedado sin ese 40% estimado por Sánchez Bayo. A día de hoy, explica el investigador de la UMU, una cuarta parte de las especies europeas están en peligro de extinción.
«Estos datos son realmente alarmantes, y si no cambiamos la tendencia y disminuimos los factores» que más les afectan, relacionados con la destrucción de hábitats, la agricultura intensiva, el cambio climático, la urbanización e industrialización y la proliferación de especies invasoras, señala Galián, «la desaparición de los insectos, por pequeños e insignificantes que sean, tanto en cuanto a la diversidad de especies como al número de individuos de las presentes, tendría graves consecuencias en el medio ambiente y en la vida de los seres vivos».
El investigador de la Universidad de Sídney Francisco Sánchez Bayo, que ha analizado los resultados de 73 estudios relacionados con la disminución de insectos, detalla su desigual desaparición. Mientras que en los ecosistemas terrestres los más afectados parecen ser lepidópteros, himenópteros y escarabajos estercoleros ('Coleoptera'), en el medio acuático la peor parte se la llevan taxones tan importantes como los 'Odonata', 'Plecoptera', 'Trichoptera' y 'Ephemeroptera', que «ya han perdido una proporción considerable de especies».
En todos los casos, apunta, no solo se incluyen ejemplares especialistas que ocupan nichos ecológicos particulares, sino que también están mermando considerablemente muchas especies comunes y generalistas. Todo ello, por otro lado, junto a un incremento de especies más adaptables y generalistas, que van ocupando los huecos que dejan las que se encuentran en declive.
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