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Pablo Montalbán Castilla
Miércoles, 23 de abril 2025, 01:00
Tres artistas, Carmen Sevilla, Sara Montiel y Lola Flores, injustamente relegadas a la peineta y a las castañuelas, pero cuyas carreras se movieron más allá de la canción española. Fueron estrellas internacionales. Montiel llegó a Hollywood, pero se volvió porque se hartó de interpretar papeles de hispana. Se codearon con figuras como Orson Wells [gran amigo de Lola Flores, hispanófilo, sus cenizas se esparcieron en una de las fincas malagueñas de la familia Ordóñez], Ava Gardner, Gary Cooper o Brigitte Bardot. Las fotografías de cualquiera de estas tres divas cañís bajándose del avión en el aeropuerto de Roma, atestado de 'paparazzi', atestiguan su dimensión internacional. Y es que colaboraron y brillaron especialmente en Italia. Lidia García García (Montealegre del Castillo, Albacete, 1989) desvela esta vinculación italo-española en 'Tarantela sevillana' (Ediciones B). El libro, resultado de su estancia en la Real Academia de España en Roma, reúne documentación de archivos cinematográficos y reportajes publicados en la prensa de la época, entre otras fuentes. Lidia es divulgadora e investigadora sobre copla, se doctoró en la Universidad de Murcia, donde reside, y es autora del libro y del podcast '¡Ay, campaneras!'.
Las andanzas italianas de estas tres mujeres van acompañadas de anécdotas sorprendentes y divertidas. Sobre Sevilla, el periodista Franco Fedeli cuenta en 'Le Ore', en 1958, que actuó como cantante en una jaula llena de leones de circo en un festival de cine italiano. Y entre otras aventuras, tuvo que abandonar Egipto durante el accidentado rodaje de 'Los amantes del desierto' (1957) en medio de un levantamiento militar.
En el Festival de Venecia de 1958, el más antiguo del mundo, el director Anthony Mann, primer marido de la Montiel, le prohibió a la manchega asistir al estreno de 'God's Little Acre' porque la 'ragazza' de las violetas gozaba de tanta fama que podría eclipsar el momento; Saritísima, sin embargo, se presentó con el vestido que tenía encargado, inspirado en 'La Familia de Carlos IV' de Goya, de lamé dorado, bordado y con escote imperio; y sobre la cabeza una mantilla francesa y un collar de brillantes en la frente. Por su parte, una joven Lola Flores debutó cantándole una canción a unos pimientos morrones, en el filme 'Martingala'.
Género. Monografía música.
Editorial. Ediciones B.
Autora. Lidia García (Montealegre del Castillo, Albacete, 1989).
Si '¡Ay campaneras!', su trabajo anterior, funciona como una fascinante guía de escucha musical, 'Tarantela sevillana' lo es sobre cine, industria donde las folclóricas trabajaron bastante. Muchas de las producciones, italianas, italo-españolas o italo-franco-españolas, marcaron la relación entre países. Se estrenaban en el Festival de Venecia, donde nos regalaron momentos como la fotografía de una inmortal Lola Flores bailando una rumba junto a Antonio 'El Pescaílla' con su guitarra en la playa del Lido.
Este cine folclórico, condicionado por ser grabado durante la dictadura, se enfrentaba constantemente a la censura, que borraba escotes, besos, referencias homosexuales y hasta nacionalidades. Resulta de una «dudosa calidad», ligero y sin grandes ambiciones, y una manifestación acérrima del kitsch. Relaciones y personajes idealizados, poco creíbles, historias de amor que abrazan el tópico y caen en lo cursi, y auténticos disparates en el argumento como sucede en 'La Violetera': una Soledad Moreno interpretada por una bellísima Sara Montiel cruza el Atlántico para cantar en Nueva York a bordo del Titanic (spoiler: sobrevive). Luis García Berlanga parodió este cine folclórico en su 'Bienvenido Mister Marshall' (1953), opinión que corrobora la autora del libro, que lo disfruta con su pasión por lo camp. «Por lo terrible, me chifla», cuenta a propósito de 'Los amantes del desierto', donde Carmen Sevilla se enamora de un sultán.
Tanto en estas películas como a lo largo de su carrera, las folclóricas performaron una personificación de España y entiéndase España como Andalucía. El disfraz que se le puso a «lo español», que bien podemos encontrar en una tienda de souvenirs, se configuró (y configura) como una excelente carta de presentación para los extranjeros.
No obstante, esto no afecta al indudable talento de nuestras estrellas cañís, ni al cariño que les tenemos a estas divas que han configurado nuestro imaginario y anecdotario sentimental (¿Quién no se acuerda de Lola Flores cuando pierde un pendiente en una fiesta?). Ni quiere decir que no deban verse estas películas, solo que son disfrutables de otra manera. Un catálogo que se puede ver en la plataforma FlixOlé, dedicada al cine español.
Sería un error relegar la copla y la canción española a una música casposa y franquista, por mucho que pusieran banda sonora a la dictadura (también lo fue de todo el siglo XX), que trató de apropiarse de este género que, según su tradición, refleja realidades marginales, historias populares y letras pobladas de poesía. En la copla, sostiene Lidia, hay escondidos mensajes de libertad y reivindicación de derechos, tanto feministas como referentes al colectivo LGTBIQ+, representación de los márgenes. El tema 'Tatuaje', de León, Valerio y Quiroga, es un ejemplo de ello. En él, se habla de «una mujer que habita un ambiente marginal, que bebe y desea, que huye del estrecho molde de la respetabilidad», cuenta Lidia. Su lectura podría reflejar un encuentro gay en el puerto donde sucede, pasajero y semiclandestino, ligado a «la noche, lo ilícito y el desgarro», y con la figura del marinero, de larga tradición en la subcultura homosexual. Se cita al investigador Alberto Mira, para quien esta canción es «un ejemplo clave del poder de la canción española para inspirar a los homosexuales durante los oscuros años del franquismo». Incluso se sabe que el famoso poeta y autor Rafael de León fuese homosexual, por los mensajes ocultos y simbólicos de sus letras.
En 'Tarantela sevillana' se disfruta de una buena crónica del momento, poblada de copla, cultura popular, prácticas kitsch y camp, cine, Italia, anécdotas, y mucho humor (y rigor). Y refleja el lazo que une España con Italia, que no parece próximo a romperse, ya que, al fin y al cabo, somos todos primos y de cultura mediterránea. En palabras de Lola Flores, «Italia es lo que más se parece a nosotros y nosotros a Italia: por la familia, por la alegría de vivir, por esos momentos de tristeza que son fuertes como son en Andalucía».
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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